jueves, 1 de agosto de 2019

Nuestra cita cotidiana


“El Diario.es” publica hoy el artículo:” El CIS constata la desconfianza de los ciudadanos en la Justicia”:  https://www.eldiario.es/politica/CIS-constata-desconfianza-ciudadanos-Justicia_0_926357508.html:
El Centro de Investigaciones Sociológicas acaba de constatar la mala imagen de la Justicia entre los ciudadanos. El barómetro de julio, elaborado por el instituto demoscópico, dedica parte de su cuestionario a sondear las opiniones sobre el funcionamiento de jueces y tribunales. Las conclusiones son mayoritariamente críticas y ponen en duda aspectos como la independencia de los jueces, la excesiva burocratización y la falta de medios con los que cuentan los juzgados. 
El 1 de agosto de 1980 fueron asesinados los marqueses de Urquijo. Lourdes de Urquijo era la 5ª marquesa. El primero fue Estanislao Urquijo, el narrador del borrador de mi última obra publicada en este blog.
Durante meses se especuló sobre el móvil y los posibles asesinos. Los marqueses eran los jefes de un administrador omnipresente, Diego Martínez Herrera, que apareció la mañana del crimen vestido de luto, lavó los cadáveres antes de que se realizara la autopsia y quemó documentación que el marqués guardaba en la caja fuerte. Los hijos de los marqueses y sus herederos directos, Juan y Myriam de la Sierra, nunca habían ocultado hasta entonces, ni en público ni en privado, la mala relación familiar y se quejaban repetidamente de la tacañería enfermiza de su progenitor. El marqués era además un obstáculo para la fusión con el Hispano Americano, a la que se oponía, y que muchos otros —políticos, economistas—, apoyaban. Así pues: ¿Quién se beneficiaba de su muerte? Muchos. ¿Quién tenía el mejor móvil? Si se hubiera tratado de una novela policíaca, cualquiera.
La justicia condenó a un ex yerno de las víctimas quien nada tenía que ganar puesto que el contrato matrimonial estipulaba la separación de bienes:
El juicio nunca aclaró definitivamente quién o quiénes habían sido los autores del crimen. Algunas coartadas no fueron investigadas. Y las únicas pruebas del caso: la pistola, los casquillos, las declaraciones ante la policía... desaparecieron. Pese a ello, el 7 de julio de 1983 Rafael Escobedo fue condenado a 53 años de prisión. Declaró no ser el autor material de los hechos, pero juró guardar silencio. ¿A quién protegía? ¿De quién tenía miedo?
El artículo denuncia graves irregularidades en el juicio; te aconsejo que eches una ojeada; te preguntarás a quién protege la justicia, porque cuando empezó a hablar el reo, apareció ahorcado en su celda: la autopsia descubrió cianuro en sus entrañas , una de las muchas anomalías que constan en un sumario  que no impidieron que el juez decretara que se trataba de un simple suicidio “con ayuda”.
La cuestión se complica cuando conocemos el nombre y la trayectoria del juez:” El trampolín cántabro de Grande Marlaska”: https://www.eldiariomontanes.es/cantabria/trampolin-cantabro-grande-20180606201225-nt.html
Grande Marlaska llegó a la región cuando apenas contaba con 26 años y acababa de finalizar sus estudios. Aquí salto a la fama mediática tras hacerse cargo de la investigación del suicidio de Rafael 'Rafi' Escobedo, condenado por el asesinato de los marqueses de Urquijo. El juez José Antonio Alonso, que también llegó a ser ministro de Interior y de Defensa en los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero (fallecido en febrero de este año), fue el que inició la instrucción de este caso que cerró Marlaska
Solamente añado que el caso fue el principio de la carrera vertiginosa del actual ministro y que Pienso que un juez que considera que Rafi fuera ayudado  en su “suicidio” debería haber ordenado una investigación sobre los quién, porqués y cómos.
Gracias a l@s 786 que acudisteis a la cita de ayer: https://carlos-ortizdezarate.blogspot.com/
Gracias a Iris
Gracias a ti

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