miércoles, 10 de febrero de 2021

Nuestra cita cotidiana

 

El 10 de febrero de 1981 Juan Carlos I estuvo muy ocupado. Miguel Ángel Mellado lo explica muy bien en “Para Suarez estaba muy claro que el alma del 23 F era el rey”: https://www.elmundo.es/cronica/2014/03/29/53369a7ae2704e2e078b456e.html

 

Un párrafo. Debes pinchar; hay muy interesantes detalles:

 

En realidad, cualquiera menos Leopoldo. Hasta que Leopoldo le soluciona la papeleta. Convence al jefe del Estado diciéndole que él es el hombre de la derecha que busca, bien visto por el empresariado; que sacará adelante el ingreso en la OTAN, el gran marrón del Rey ante los EEUU; la LOAPA para armonizar el tiberio de las autonomías; que tranquilizará a los militares, porque al fin y al cabo su apellido es Calvo-Sotelo. Además, ha sido elegido por el partido, la UCD, que en las elecciones del 79 sacó más de 6.200.000 votos. No hay duda de que la sustitución con Calvo-Sotelo, y no a través del montaje Armada, es constitucional. El Rey ve que puede tener una salida fácil, libre de Suárez, y sin correr tantos riesgos como con Armada; y es cuando abandona la Operación Armada. Estamos hablando del 10 de febrero de 1981, a 13 días del golpe. Hasta ese momento, la Operación Armada no tenía nada que ver con el 23-F. Terminaba ahí.

 

José Antonio Gómez da otra versión: “El rey Juan Carlos entregó la cabeza de Suárez para contentar a los militares franquistas”: https://diario16.com/el-rey-juan-carlos-entrego-la-cabeza-de-adolfo-suarez-para-contentar-a-los-militares-franquistas/

 

Unos párrafos:

 

Tal y como publicamos en Diario16, el rey Juan Carlos no se ha caracterizado con una lealtad blindada hacia los hombres que dieron su vida, su tiempo y su trabajo por él, aunque, incluso, se estuvieran cometiendo, presuntamente, actividades incluidas en el Código Penal y que, para cualquier ciudadano, le hubieran supuesto varios años de cárcel mientras al Jefe del Estado de España le protege una inviolabilidad medieval que lo que en realidad provoca, es la impunidad, tal y como seestá viendo con las investigaciones por los supuestos negocios de Juan Carlos I.

Adolfo Suárez representa la gran figura del consenso, del entendimiento, de los pactos, un nuevo hombre de confianza en Zarzuela que se abrió paso a la superficie de la política y el poder en los años del tardofranquismo.

Desde 1976 a 1981, Suárez prestó grandes servicios al Estado. Supo enfrentarse al Ejército franquista. Según indica el coronel Amadeo Martínez Inglés en su libro Juan Carlos I. El último Borbón, este enfrentamiento se produjo «por orden de su valedor, el rey Juan Carlos, todo hay que decirlo, que siempre quiso evitar el pulso directo con unos generales que podían arrebatarle la corona en cuestión de horas».


Gracias a l@s 965 que acudisteis a la cita de ayer: https://carlos-ortizdezarate.blogspot.com/

Gracias a Iris

Gracias a ti


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