martes, 16 de febrero de 2021

Nuestra cita cotidiana

 

El 16 de febrero de 1936 ganó las Generales españolas el Frente Popular. Julián Vadillo lo presenta muy bien: “…Y ganó el Frente Popular”: https://www.diagonalperiodico.net/saberes/29366-y-gano-frente-popular.html

Unos párrafos; debes pinchar:

 

El 16 de febrero de 1936 la coalición del Frente Popular vencía en las elecciones. Con una campaña basada en la aplicación de medidas reformistas, de la libertad de los presos políticos y de una profundización en la democratización del país, la coalición circunstancial de republicanos y partidos obreros de diversa índole se alzó con la victoria.

Una de las bases de la que se valieron los promotores del golpe de Estado de julio de 1936 era que el Frente Popular había sido parte del plan que la URSS tenía en España para hacerse con el control político. Basándose en los acuerdos del VII Congreso de la Internacional Comunista, donde se aprobó la participación de los partidos comunistas en los frentes populares amplios. Una afirmación que no se corresponde con la realidad. Ni en España ni en Francia ni en ningún lugar.

Los motivos de unión de las organizaciones de izquierda en España (y en otros lugares de Europa), no parte de una consigna soviética. Antes de la celebración de este congreso, en agosto de 1935, los republicanos y los socialistas ya mostraban interés en la posibilidad de caminar hacia una coalición electoral.

Lo acontecido en octubre de 1934 había dejado claro a la izquierda que la única posibilidad pasaba por una unión de fuerzas. El debate entre republicanos y socialistas consistía en dónde estaban los límites de esa coalición. Para los republicanos (Izquierda Republicana y Unión Republicana mayoritariamente, que se habían formado en aquellos momentos por la unión de diversos grupos republicanos) el pacto tenía que ser de gobierno.

Los socialistas tenían una diversidad de opiniones, entre la postura de Indalecio Prieto, que no veía con malos ojos la unión de un gobierno de republicanos y socialistas, y la de Largo Caballero, que tras la experiencia del primer bienio y su giro a la izquierda, era partidario de una coalición electoral para desalojar a la derecha del poder y no de su entraba en un gobierno.
 
Los comunistas, por su parte, sí que tuvieron un giro en su estrategia, que había sido cambiante a lo largo de la República. Mientras en su origen los comunistas mostraron oposición a las instituciones republicanas, tras la salida de Bullejos, Trilla y Adame de la dirección y la toma del control del PCE por la Pasionaria, José Díaz y otros, el objetivo pasó a ser la unidad por la base. Los acuerdos del VII congreso de la Internacional Comunista afectó al PCE, que trabajó para la creación del Frente Popular

 

Ángel Viñas ofrece un interesante planteamiento en “Frente Popular, ¿hoy 2020 en España?”: https://www.angelvinas.es/?p=2173

Hace algunos meses la muy intelectual (y algunos dirán un tanto elitista) New York Review of Books publicó un intercambio de opiniones en favor y en contra. La ocasión la deparó la utilización del término HOLOCAUSTO. En España tuvimos ya un remedo (algo aguado, todo hay que decirlo) cuando Sir Paul Preston lo usó para referirse al caso español y más particularmente a la represión efectuada, en la guerra y la postguerra, por el régimen franquista contra los vencidos y heteróclitos republicanos (amén de masones, librepensadores, socialistas, comunistas, liberales, ateos, es decir, de poco menos de todos los que no comulgaran con los valores españoles desde los tiempos de Viriato y, con certidumbre total, de la época de los Reyes Católicos y de Trento).

 

Viene a cuento lo anterior porque entre las sorpresas que nos deparan todos los días las noticias y comentarios que esmaltan la prensa (en España y fuera de España) hay una que me ha causado particular sorpresa, quizá porque como ya escribí en el post anterior llevo tiempo dando vueltas al manido tema de la segunda República española. El comentario objeto del presente post es la afirmación rotunda contenida en un artículo publicado por el venerable diario ABC (pinchar aquí: https://www.abc.es/opinion/abci-jaime-mayor-oreja-frente-popular-obviedad-202005232302_noticia.html) Su autor afirma con rotundidad que en la maltrecha España de nuestros días está instalado un Frente Popular. ¡Guau!

Eduardo González Calleja ofrece una muy interesante explicación sobre las muertes que, lamentablemente, se produjeron durante el Frente Popular: “La necro-lógica de la violencia socio-política en la primavera de 1936”: https://journals.openedition.org/mcv/3825

 

Tienes que pinchar, pero te copio algunos párrafos:

La identificación política y socioprofesional de las víctimas permite determinar si la violencia letal fue indiscriminada o selectiva. Payne asevera que «la mayoría de los muertos en ataques políticos fueron derechistas o no simpatizantes de la izquierda que fueron asesinados por los izquierdistas», lo cual es falso, aunque, como veremos, resulta cierta la afirmación de que «la policía fue la responsable de la mayor parte de las bajas sufridas por la izquierda al intentar sofocar manifestaciones y tumultos»22. Las estadísticas disponibles desmienten rotundamente el mito de la persecución y el martirologio derechista: según Cruz, el 56% de los muertos eran jornaleros agrícolas, obreros o simpatizantes izquierdistas, el 19% eran derechistas, propietarios o patronos, y el 7% policías o militares, algunos de ellos notoriamente izquierdistas, como el capitán Faraudo o el teniente Castillo23. En mis cálculos, las víctimas identificables de forma inequívoca con las derechas representan el 29% del total, las adscritas a partidos de centro el 1,1% y los vinculados a sindicatos y partidos de izquierda el 41,8%. Es un cálculo conservador, ya que entre el 23% de víctimas sin identidad política inequívoca figura una gran cantidad de obreros y jornaleros fallecidos en enfrentamientos con la fuerza pública durante protestas de tipo sociolaboral protagonizadas por lo general por simpatizantes del Frente Popular. La misma observación, pero en el sentido inverso de sus simpatías básicamente conservadoras, se podría realizar para el caso de los diez militares y policías muertos en el desempeño de su labor profesional, no a título privado como militantes o simpatizantes de un partido político.

 

La adscripción socioprofesional va en esta misma dirección, a pesar de que la disponibilidad de datos no llega a la mitad de la muestra: predominio de trabajadores asalariados del campo y la ciudad, especialmente jornaleros, lo que resulta lógico cuando la mitad de la fuerza de trabajo estaba dedicada a la agricultura. La reducida presencia de empresarios, propietarios y arrendatarios entre las víctimas (en torno a un 4%) revela que la conflictividad no enfrentó directamente a estos colectivos, sino sobre todo a los trabajadores, las fuerzas del orden y funcionarios de la Administración civil (alcaldes, concejales, secretarios, etc.), que contribuyen al obituario con un número de víctimas equiparable. La relativamente amplia presencia de estudiantes está directamente vinculada a la deriva violenta de Falange: el 1 de marzo, Primo de Rivera ordenó al SEU que se incorporara en pleno a las milicias del partido, y a partir de ese momento, los incidentes violentos protagonizados por falangistas se sucedieron sin interrupción hasta el estallido de la guerra civil.


Gracias a l@s 921 que acudisteis a la cita de ayer: https://carlos-ortizdezarate.blogspot.com/

Gracias a Iris

Gracias a ti

 


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