lunes, 17 de enero de 2022

Nuestra cita cotidiana

 

·       El 17 de enero de 1933 el Congreso USA votó la independencia de Filipinas. CatatuyaVanguardista lo explica así: “Independencia de Filipinas”: https://www.catalunyavanguardista.com/independencia-de-filipinas/?reload=997388

Debes pinchar. Para animarte, copio:

 

El 17 de enero de 1933 el Congreso de los Estados Unidos, contra el parecer del presidente Herbert Hoover, aprobaba por una mayoría de dos tercios la concesión de la independencia a las Islas Filipinas.  Se ponía fin con ello a la ocupación de 35 años por parte de los EEUU, que habían tomado el archipiélago tras la guerra con España en 1898.

Los Estados Unidos habían estado apoyado a los insurrectos filipinos en su guerra contra España desde bastante antes, y al declarar directamente la guerra a España, el presidente McKinley les hizo creer a los líderes filipinos que su único interés era desalojar a los españoles y promover una república Filipina independiente. Pero la intervención americana escondía otros intereses mucho más prosaicos, y los filipinos comprendieron muy pronto que lo único que habían conseguido era cambiar la dominación española por la norteamericana, si cabe aún más invasiva.

Los distintos movimientos filipinos habían declarado por su cuenta la independencia el 12 de junio de 1898, en plena guerra, y se opusieron a los términos del Tratado de París, que los dejaba bajo soberanía norteamericana. El 1 de enero de 1899, Emilio Aguinaldo había sido elegido presidente de República de las Filipinas, y se empezó a redactar una constitución. Pero los norteamericanos, que en ningún momento habían reconocido la independencia filipina y habían dado largas a sus por entonces aliados, controlaban buena parte del país, empezando por la capital –Manila-, y las tensiones comenzaron a extenderse en forma de incidentes entre soldados filipinos y norteamericanos.

La guerra empezó oficialmente cuando, el 12 de febrero de 1899, un grupo de soldados norteamericanos dispararon contra un soldado filipino. El presidente Mckinley declaró solemnemente que el ejército norteamericano había sido agredido cuando “(…) Los insurgentes habían intentado atacar la ciudad de Manila”, calificando al presidente Aguinaldo de «bandido fugitivo», es decir, exactamente el mismo lenguaje imperialista que habían estado utilizando los españoles. Galicano Apacible, embajador oficioso filipino en los EEUU, huyó al Canadá para evitar ser detenido y escribió una apasionada carta abierta al pueblo norteamericano, rogándole que detuviera la agresión contra su pueblo; en vano…

 

El 17 de enero de 1966 dos aviones USA chocaron en vuelo; dejaron caer tres bombas sobre las costas de Almería. El lo cuenta así: “La verdad oculta de Palomares, 50 años después”: https://www.elmundo.es/ciencia/2016/01/15/5697a7ee22601dc2088b4607.html

Debes pinchar. Para animarte, copio:

 

El 17 de enero de 1966 amaneció con cielo azul, mar picado y fuertes rachas de viento. El sol del invierno apenas calentaba el desierto de Almería. A las 9.22 horas de la mañana (hora Zulu, es decir, hora de Londres), cuatro aviones militares se divisan desde la pedanía de Palomares (Almería) como tantas otras veces desde el comienzo de la llamada Guerra Fría. Pero ese día algo era diferente.

Mientras dos de ellos esperaban su turno, un bombardero B-52, que debía regresar a EEUU después de que el mando militar decidiese que no debía lanzar las cuatro bombas atómicas que llevaba en su bodega sobre territorio ruso, se acercaba al avión de reabastecimiento que debía recargar sus tanques de combustible cuando los pilotos del B-52 notaron que algo iba mal.

De pronto, el avión de reabastecimiento ardió en llamas y los tripulantes del bombardero accionaron los asientos inyectables y abandonaron la nave, conscientes de que no serían capaces de reconducir la situación. Sólo cuatro de los siete tripulantes del B-52 sobrevivieron. Nadie en la otra aeronave.

Las cuatro bombas termonucleares -65 veces más destructivas que las de Hiroshima-, mezcladas con una lluvia de pedazos de los fuselajes de ambos aviones, en llamas tras empaparse del combustible derramado por la aeronave nodriza, cayeron sobre ese pequeño pueblo almeriense. Ninguna de las bombas estalló y ni uno sólo de los pedazos ardientes de los aviones causó daño alguno. Una de ellas cayó en el mar provocando una masiva operación de búsqueda y rescate en medio del más absoluto secretismo impuesto por el Pentágono y la dictadura de Franco. Y dos de las que chocaron con el suelo se rompieron contaminando con plutonio una enorme zona y sellando a Palomares con el marchamo nuclear para siempre.


Gracias a l@s 983 que acudisteis a la cita de ayer

Gracias a Iris

Gracias a ti

No hay comentarios:

Publicar un comentario

El abuelo Leopoldo: Hablando en Cobre

 El abuelo Leopoldo – ¿Por qué has llegado tarde? Me preguntó, cariñosamente, mi abuelo materno. –He estado jugando con mi amigo Bertín. Nos...