miércoles, 4 de abril de 2018

Pasionaria XIV




La primavera ciudadana de 1917

En las calles de ese pueblo cuyo nombre aún no conocemos
En Uruguay, el desayuno no es un acto social y los horarios de sueño de los miembros de esta comuna se acomodan a esta tradición.

Cuando me he levantado, como es mi costumbre, he sacado a pasear a Julen.
Este y yo, además, necesitábamos oler, ver, conocer, hablar y, desde luego, degustar productos y cocinas locales. No he mirado el reloj, pero es muy temprano.
Strelizia se nos había adelantado, paseaba como si se buscara con avidez. Julen ha tirado de mi hasta que nos hemos encontrado. Hemos sido recibidos con cariño, pero, estaba claro que interferíamos en la emprendida por  nuestra amiga.

—El milagro de nuestro Pepe tiene muchas espinas.
Siento que el sueño de Strelizia se desmorona.
—Bueno; ha habido cambios sustanciales: bajada del paro, mejoras infraestructurales, derechos de los trabajadores del campo, gran apertura en materia de Derechos Femeninos y de opción sexual, legalización del uso de la marihuana…
—En eso se diferencia del gobierno de Rajoy, pero se parece en el desequilibrio entre sueldos e inflación, en el reinado de las multinacionales , en el aumento de la delincuencia, en el fracaso escolar…
—Pepe es un objeto de estudio. ¿Has desayunado bien?
—Si, mientras callejeaba, pero lo que he oído me ha quitado el apetito. La gente no lo está pasando bien.
—¿Se quejan?
—Siento resignación en sus defensas.
—¿Escuchas  lamentaciones?
—No, pero yo esperaba…
Celia sí debía esperarnos, aunque hemos sido nosotr@s quienes la hemos encontrado.
—Strelizia se siente un poco defraudada de nuestra guarida.

No trato de acusar. Considero que la terapia debe aplicarse desde la aparición del primer síntoma.

—Un error. Teníamos que dar el paso. Ignoro lo que nos espera, pero esta tierra es buena para encontrar nuevos caminos, aquí o allá. Siento una paz interior que me hace receptiva a esta nueva primavera ciudadana, Tenemos que aprender de las otras, anoche hablamos de la de 1917 en España y que está muy relacionada con la actual.
Los ojos de Celia eran verdes cuando nos llamó al orden
—En el grupo somos de distintos territorios.
Insinúa Strelizia.
—Ya hablaremos de Bakunin y de Trotski; nos toca la soledad de Pasionaria y ambos juegan un papel en la misma.

Celia es mucha Celia y Strelizia es mucha Strelizia. Soy yo quien interviene.
    En la España de 1916, el desequilibrio salarios/inflación que mencionábamos en la actualidad uruguaya, causó una huelga general en la que unieron sus fuerzas CNT, UGT y de ahí derivó la primavera ciudadana de 2017…
    Pero entonces la demanda era un cambio de régimen. No sería el caso aquí.
Responden al unísono cómodo si se conocieran de toda la vida. No es el caso, no y Nueva York donde vivía una y el pueblo perdido del que había venido la otra queda muy distantes. Hay magia.

—La neutralidad de España en la I Guerra fue muy rentable, pero solo para unos pocos. El resto estaba sometido a salarios miserables, inflación derivada de la demanda exterior de nuestros productos y usura.
No terminan de escuchar mi frase. Se van a callejear juntas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

El abuelo Leopoldo: Hablando en Cobre

 El abuelo Leopoldo – ¿Por qué has llegado tarde? Me preguntó, cariñosamente, mi abuelo materno. –He estado jugando con mi amigo Bertín. Nos...