sábado, 7 de abril de 2018

Pasionaria XVII


El misterio
Para Ensio era el “hash cular”, lo traían metido en el culo. Aquí es marihuana de la cosecha de Antonio, un amigo que se han  echado Strelizia y Celia en la visita que han hecho a la comuna “indígena”. Este se ha presentado sin invitación, acompañado de Isabel Carlota, otra que vive del cuento.
Claro, que no vienen con las manos vacías; algun@s disfrutamos de la cosecha de Juan. Isabel Carlota se considera el perejil de todas las salsas, empieza por Adrian, quien estaba lamentando la ruptura de la izquierda española en la primavera de los entornos de 1917.
—Las prisas de Catalunya dividían, en un proceso urgente de unir las fuerzas de los mineros de Asturias y  el País Vasco, de los obreros en varias ciudades … Urgía incorporar el máximo de capas de la sociedad, las había, impactados por las políticas de la España feudal, la que más votos sacó, recuerdo, en las elecciones que trajeron la II República. Había que arreglar eso primero.
Adrian se queda pasmado. No esperaba ese discurso de la entrometida intrusa. Tiene su atractivo, sin duda; pero la invasión y la inmediata usurpación de la atención ha incomodado sus entrañas. Las palabras no tienen desperdicio…
Celia rompe el silencio
—Soy Celia y la tribu se presentará sola. No me arrepiento de haber dejado atrás otra vida en la que no me encontraba. No me ha gustado vuestra invasión. Como bien dices, primero hay que coser y l@s que hemos elegido esta comuna andamos aún perdidos; sabemos lo que queremos hacer y nos falta el cómo.
Deja muy claro que sabe chupar cámara.
Gonzalo e Iris preparan bandejas en las que colocan las lonchas de carne más cercanas a las ascuas, trozos de pan campesino, las mezcolanzas de la Chiqui
Adrian medita su respuesta.
Strelizia goza la caricia que ha sentido en la Comuna.
El resto disfruta de la comida.
Celia no desciende de su trono.
—Has planteado muy bien el problema. Esta España nuestra era y creo que es demasiado feudal. Basta con echar una mirada al mapa electoral. Lo más urgente es acabar con el voto cautivo por el bipartidismo que  nos trajo la transición..
Strelizia empieza a sentirse en esta nueva comuna. No solo por las palabas de Celia , también por el ambiente que se está creando entorno a la mesa donde están las bandejas y sobre todo para agregarse al ritual del placer de comer sin cubiertos, platos o servilletas.
—Comprendo la soledad de Pasionaria
Soy yo y es lo único que digo antes de integrarme al goce.





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