Las
elecciones del 36 II
En la casita de Isabel Carlota, 11 de abril.
Nuestra anfitriona concluyó ayer su invitación:
—No se os ocurra traer nada, porfa. En mi familia es
una ofensa.
Nadie respondió. Siquiera se nos había permitido
expresar la aceptación o el rechazo de la invitación. Nos sentimos, una vez
más, raptados por esta ninfa de la postmodernidad.
Era un almuerzo a las 15h, como si proyecta invitarnos
a sestear asistiendo a una Corrida. No me hubiera sorprendido que tuviera
mantilla, peineta y abanico y un amigo capaz de conseguir el mejor tendido de
la plaza. Seguro que de Sevilla. La imaginación al poder: nunca podríamos
comprobarlo, puesto que no se han inventado aún medios de transporte que hagan
el recorrido en tan poco tiempo.
Nos retiramos a nuestros nidos en cuanto se fue la
intrusa. No hubo signo alguno de intención de comentar.
Hemos pasado la mañana callejeando cada un@ por su
lado. Siento que compartimos la tendencia al vagabundeo. Necesitamos encontrarnos
con nuestra mente o con esa gente o cosas maravillosas que aún no hemos
encontrado; que quede muy claro que yo también estoy felizmente casado, aunque
no tengamos aún los papeles, a diferencia de Adrian.
Él y Álvaro se las entenderán con los conflictos entre
seso y sexo. Tienen materia gris, como diría
Poirot, competencia y experiencia en resolución de conflictos, incluidos los
internos.
La cuestión es que no nos hemos visto, desde anoche
hasta la hora de la invitación.
—Hubo confluencia democrática en las elecciones de 1936,
las últimas de la II República.
La anfitriona lanza esas palabras en cuanto estábamos
tod@s sentad@s en torno a una mesa a nuestra medida, caballetes y tabla del
tamaño, recubierta con una pieza de hule verde y blanco, de “aquellos tiempos”,
que se desenrolla hasta que cubra la superficie deseada.
Ha colocado una sábana sobre pilares de madera rústica,
pero el tinglado cumple su función de protegernos del sol, y la brisa alivia el
calor. Se ha escogido el lugar donde mejor se está, en una finca
confortablemente pequeña.
—Los 16 y 23 de Febrero, ¿Fue el asalto al Poder
Legislativo del 23 F una respuesta al triunfo electoral del Frente Popular?
No sé muy bien quién ha formulado esta pregunta. El
silencio es denso y profundo. No hay mentes maquiavélicas y cuesta pensar que,
en efecto, el fallido golpe de Estado del 23 de noviembre de 1981 podría ser
una advertencia. Lo fue en todo caso; la calle había arrancado al presidente
Suárez la promesa de subidas salariales equivalentes a la suma de inflación y
la mitad del crecimiento. El “Tejerazo” metió esta promesa en el fondo del baúl
de los recuerdos.
—La España feudal volvió a ganar en votos, no así en
escaños, la España “progresista obtuvo 60% de la totalidad del hemiciclo.
Habla Celia y lamenta:
—La mayoría parlamentaria estaba encerrada en
soledades; todas esas facciones de Españas que no habían o han sido capaces de
consensuar una alternativa para librarnos de atavismos.
Será por la comida; buena, pero un poco pesada,por
la brisa,por la siesta…Lo ignoro, pero Isabel Carlota se
acopla al debate de nuestra comuna.
—Lo de siempre; los partidos coaligados desconfiaban
unos de otros: La idea de la unión surgió de Manuel Azaña, Pacto de Conjunción
Republicana (1935). Su partido era Izquierda Republicana y la asociación era
con otros republicanos más de derechas y que temían la calle. Azaña sabía que
necesitaban esta y propuso incluir al PSOE. Hubo morros pero el convocante
logró su propósito. El partido invitado también estaba dividido: Prieto estaba
encantado con la propuesta, Largo Caballero puso la condición de incluir al
Partido Comunista. La coalición estuvo a punto de romperse hasta que se
consensuó un apoyo parlamentario de este último. Nada de entrar en el
“aparato”.
—¡Volvemos a la soledad!
Lamenta Adrian.
Iris tiene una llamada de su Venezuela querida, se
retira discretamente para no molestar.
—¿A
la de Pemán o a la de Quevedo?
Strelizia
mira como ella sabe mirar, a nuestros terapeutas, se monta su escenario y
recita, yo creo que aún mejor que lo había hecho Celia:
En que el mentido robador de Europa
Media luna las armas de su frente,
Y el Sol todo los rayos de su pelo,
Luciente honor del cielo,
En campos de zafiro pace estrellas,
Cuando el que ministrar podía la copa
A Júpiter mejor que el garzón de Ida,
Náufrago y desdeñado, sobre ausente,
Lagrimosas de amor dulces querellas
Da al mar; que condolido,
Fue a las ondas, fue al viento
El mísero gemido,
Segundo de Arión dulce instrumento.
Media luna las armas de su frente,
Y el Sol todo los rayos de su pelo,
Luciente honor del cielo,
En campos de zafiro pace estrellas,
Cuando el que ministrar podía la copa
A Júpiter mejor que el garzón de Ida,
Náufrago y desdeñado, sobre ausente,
Lagrimosas de amor dulces querellas
Da al mar; que condolido,
Fue a las ondas, fue al viento
El mísero gemido,
Segundo de Arión dulce instrumento.
Iris está llorando, me acerco a ella. Nos abrazamos sin
recato, Strelizia ha alcanzado ovación y vuelta al ruedo. Es genial la idea de
haber metido a Gongora.
Ha muerto hazky degollado por los otros perros que
querían montarse la misma perra que él. Ha venido a morir a casa…
—No habría pasado si yo hubiera estado allí, no le permitía
salir cuando había perras en celo en la vecindad.
Mi chiqui lo susurra mi oído.
Sé que necesita hablar con su madre y correr hasta
encontrar un cyber donde pueda hacer la llamada.
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