sábado, 23 de marzo de 2019

Mi amigo Maquiavelo IV


Julio II
Maquiavelo tuvo encuentros y desencuentros con un papa que impuso su Italia pontifical, derrotó a Cesar Borgia y  facilitó a mi padre la reconquista de Florencia; Maquiavelo fue detenido y torturado.
En El príncipe y en Discursos sobre las primeras décadas de Tito Livio , Maquiavelo expresa su falta de empatía por un papa que encontró el trabajo hecho por su antecesor Alejandro VI.
El autor reprocha a César Borgia su papel en las intrigas que llevaron a la elección de Giuliano della Rovere.
Fue el fin de la saga, como ya he indicado, pero, lo grave es que la ayuda que proporcionó César provenía de la influencia española fiel a la saga.
El cardenal de Giuliano della Rovere temía por su vida mientras estuviera al alcance de los Borgia; desde 1493, al año siguiente de la elección de Rodrigo Borgia como Alejandro VI, se auto exiló a Francia, donde permaneció bajo la protección de los soberanos, Carlos VII y Luis XII.
El desterrado pasó esos años en infructuosas intrigas para lograr que el soberano francés destituyera a Alejandro; esperaba también la intervención de su anfitrión para que se le otorgara la mitra pontificia.
Otro era el deseado por Luis XII para ocupar el puesto: George d’Amboise, cardenal de Rouen  y ministro de Estado, el que dirigió el ataque a Milan, cuya misión le llevó tres años; desde 1499 hasta 1503.
Como bueno, el invasor fue contagiado del Renacimiento italiano y trajo la enfermedad a Francia.
El papa Julio supo sumar en su elección hasta el punto que ésta fue muy breve y obtuvo unanimidad; llegó a convencer a los cardenales españoles con el apoyo de César Borgia, a los franceses con el argumento de que serviría los intereses de su patria de acogida sin activar las peligrosas reticencias que levantaría la candidatura del ministro más valorado por Luis XII. Pese a su larga ausencia de Italia, también los poderosos cardenales del territorio tenían razones para apoyar una candidatura que prometía devolver a las familias poderosas: los Ursini y los Colonna, desde luego, los privilegios  que el papa español les había arrebatado.
El voto de mi tío sirvió  para que mi padre pudiera reconquistar Florencia.
El nuevo pontífice cumplió las promesas que no mermaban su poder.
Maquiavelo le reconoce el mantenimiento del poder que le había legado su enemigo.
Pero…
Hay un gran pero:
Tuvo que sacar el sable  y la intriga ante la negativa de Venecia a devolver ciudades pontificias que habían usurpado. Lo que parecía una victoria, con la recuperación de Agnadello, en 1503, se convirtió en una pesadilla con la formación de la Liga de Cambrai.

Mucha gracias a l@s 821 que acudisteis a la cita de ayer: https://carlos-ortizdezarate.blogspot.com/
Gracias a Iris
Gracias a ti

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