El discurso del rey en dos frases
Reflexiones sobre el principio y el
fin del discurso de Felipe VI
40 años después, la Corona
reafirma aquí, ante los legítimos representantes de la soberanía nacional, su
compromiso irrevocable con la democracia, con el entendimiento entre todos los
españoles y con su convivencia en libertad.
Lo dice en
un parlamento que ha reprobado tres ministros y un gobierno, cuyo partido está
imputado en graves casos de corrupción e impone su santa voluntad en la Justicia, que hace caso omiso .
Lo dice ante
dos partidos del poder imputados en lo mismo y con una media del poder, cada
vez más poderosa, manejada por ambos. Así se ganan elecciones en el
postfranquismo.
Lo dice
cuando el Congreso denuncia las prácticas de Montoro, se debate sobre un CETA
que implica a una ciudadanía que no será consultada y que, para colmo, se mantiene
en secretismo.
Lo dice
cuando todos los indicadores muestran que cada vez somos más los pobres y que
los ricos son cada vez más ricos.
La última
frase es aún más desafortunada:
Y porque fuera de la ley, nos
enseña la historia, solo hay arbitrariedad, imposición, inseguridad y, en
último extremo, la negación misma de la libertad; pues como señala una antigua
cita: "La libertad sigue siempre la misma suerte que las leyes: reina y perece
con ellas".
Alguien tenía que haber recordado al monarca que es el jefe del Estado y
que los partidos del poder, surgidos en el postfranquismo, mangonean la ley, la
opinión y los instrumentos de control del Estado.
Así nos lo están contando. No sé por qué. ¿Se lo habrán contado a Felipe
VI? Poco importa. No parece que lo ve. Pregunto si el jefe del Estado no
debería intervenir cuando las leyes se manipulan, los instrumentos de control no funcionan, y
cuando la que nos está cayendo amenaza
con crecer ¿Lo tenemos?
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