viernes, 16 de marzo de 2018

Nuestra cita cotidiana


Ayer llegamos a Alicante a las 21 horas. Nos esperaban Beatriz y Alma. Está claro que nos atraemos y estoy seguro que Iris, Álvaro y Adrian y tú también estáis atrapados.
Había tenido un día chungo. Basta con contarte que llegamos a la estación de Gijón justo cuando cerraban las puertas de Alvia que nos trasladaría a Alicante. El taxista me llevó a Mieres para que pudiera embarcar y tuve unos minutos para echar unas caladas antes de que llegara el tren perdido . Me confundí de Vagón, lastima; estaba rodeado de simpatía, raro en preferente de Alvia. Estaba en animada conversación cuando el revisor me previno que ocupaba un asiento equivocado. Mi billete era del coche 3 y yo estaba en el 2. El traslado fue fácil, otra cosa era el ambiente, en mi nuevo entorno no encontré sino rechazo, pijorío  y necedad. Viajo en preferente porque el billete de Julen es gratis y lo que me cobran en turista supera la diferencia de precio.
Alma Beatriz y yo iniciamos retazos de nuestras vidas y vivencias en el trayecto hasta la casa, en pleno campo, a 25 Km de la costa.
A Beatriz y a mí mos dieron la 1 y las dos. Esta mañana me he levantado a las siete, fresco como una lechuga acariciada  por el rocío.
Beatriz se estaba poniendo el casco para subir a la moto que la llevará a su trabajo.
No te cuento más: hay algunas nubes pero acaricia el sol y como anocheíhablamos de Dolores, y decidimos que tendría que haber borradores de  capítulos, como prometido, pues hoy habrá también capítulo. Estás con nosotr@; pero tenemos muchos proyectos para que Alicante perciba mi paso y para gozar de nuestra atracción.

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