lunes, 19 de marzo de 2018

Pasionaria VII


Esta España nuestra
En los campos secos de los entornos de la casa de Beatriz, mañana del 18 de marzo.
Ya somos una familia Beatriz, Alma, Blanca y los dos perros. La tierra está seca. Hace fresco y algo de viento. Estamos rodeados de pequeñas montañas que exhiben su sequía. Pueden hacerlo. Tienen color pardo y noble. Julen, mi mascota, es un fisgón y se aleja. Sale mi neura. Mis acompañantes la captan.
—Tienes que curarte tú si quieres que tu perro no sea un tarado.
Es Beatriz, aún no me atrevo a llamarla Bea.
—Julen siempre ha sido entrometido. Me has dicho que hay alimañas y que los pinos tienen gusanos que pueden causar la muerte de los perros. Hace ya diez minutos que se ha ido.
Trato de disculparme, sin esperanza.
—Tendría que alejarse mucho para que encontrara carreteras. Un castrado no lo hace.
— ¿Y las alimañas y gusanos?
—Mira, allí está
Así es. Se había alejado mucho.
—La invasión de Praga marcó el fin de la URSS, sus satélites  y de los partidos comunistas europeos. Ya ves en qué han derivado Rusia y China.
Beatriz alucina y protesta.
—Pasaron unos años.
—Claro; de la misma manera que la Primavera de Praga germinó en unos años de debates marxistas que marcaron los sesentas, mi despertar a la política y los movimientos de la decena; fue una primavera global: yo viví el 68 francés y seguí de cerca los acontecimientos en USA, México y España.  Hubo tiempos , contextos e intensidades distintos y se dio por doquier: una emergencia ciudadana que impactó en dictaduras del proletariado y en la del capital  Perdimos aquella batalla.
—Hubo cambios…
Los hubo, pero, mira, mientras lo celebrábamos, Reagan fue creciendo hasta que nos impuso el neoliberalismo, que dio el poder a unos mercaderes sin escrúpulos que incluso violan los principios del mercado. Tardó unos años como las primaveras. La aparente bonanza no nos dejó ver lo evidente. Nos deshicimos de de Gaulle, pero su delfín, Pompidou, logró una mayoría para su partido que el fundador nunca había alcanzado, ya te he comentado el ascenso de Reagan en USA, la caída en picado de los partidos comunistas europeos, otrora sólidos…
El rostro de Beatriz se ilumina.
—Hasta la crisis de Leman Brother vivíamos en “Jauja”
—Con burbujas, corrupción y privatizaciones. La globalización neoliberal; la expoliación de las colonias independizadas, las africanas y las latinoamericanas. Recuerdo que una porteña me dijo, en los 70s: “Ahora es cuando ustedes están haciendo el desembarco”. Yo no, claro, pero sí las multinacionales españolas, en muchos casos, privatizadas. Con esos “caramelos” nos dejamos engañar.
—Después vino la primavera de los 90s
—Si. La ciudadanía reclamaba ante todas las cumbres su derecho a participar en la toma de decisiones y se creó el Foro Social Mundial que rivalizó, al principio, con el Foro Económico Mundial. En Porto Alegre, en enero de 2001se visibilizó nuestra fuerza. Bertrand Delanoë, contra todo pronóstico, fue elegido alcalde de París, en marzo de 2001. Desde la Comuna (1871) era feudo de la derecha.
— ¡Chicos! Nos estáis dando el turre.
Es Alma, la primogénita.
—Pues a mí me interesa.
Es Blanca, la  cadete. Me echa un cable al añadir:
—Aunque no veo la relación con Pasionaria…
—Cierto, es una deriva, a mi forma de ver, necesaria; trato de mostrar que seguimos perdiendo batallas. La recuperación de París con un programa ciudadano y Porto Alegre eran dos ejes fundamentales. Local/global. De nuevo nos dejamos comer el pastel seducidos por los caramelos. Margaret Thatcher, la dama de acero, fue primera ministra del Reino Unido entre 1979 y 1990. Eliminó lo social e impuso el reaganismo en una UE que empezaba a cimentar. Nosotros, con el Foro Social y con las reclamaciones de nuestra participación en las tomas de decisiones globales, cantábamos victoria una vez más. Las multinacionales se armaban: Thatcher y Bush senior, quien ocupó la presidencia USA entre 1989 y 1993 dejaron todo atado y bien atado, de forma que sus sucesores, respectivamente Blair y Clinton, que se presentaban como progresistas, tuvieran marcadas las cartas, así  Bush hijo desplazó a Clinton, era  aún mas cerril y neoliberal que su padre y por otra parte, el socialdemócrata Blair, se hizo su aliado.
— ¿Por qué?
—Por los dineros de la guerra, la primera de Irak (2 de agosto 1990/28 de febrero de 1991)   que montó el padre era una violación de los referentes diplomáticos, Europa era contraria al principio, después los socialdemócratas : Helmut Kohl, Mitterrand y Felipe González  presumieron de los beneficios que nos reportó entrar en guerra en el último momento. A nosotr@s nos dieron las migajas. La economía funcionaba, nos atábamos a la economía de guerra. La II del Golfo con Bush hijo fue una autentico boom económico, especialmente en los casos de Aznar, Blair y Bush: el famoso trío. Fue el principio del fin de la socialdemocracia. Nos dieron caramelos.
—No me gusta la historia, es como un disco rayado…
Lo dice, Beatriz. Me estoy quedando solo…
—Hegel vio la repetición de la historia, Marx añadió que la primera vez se produce en forma de tragedia y la segunda, de comedia. Aludía a Napoleón III (Le Pétit), todo el mundo le consideraba idiota. Así pasa con Bush padre y Bush hijo. Reagan inicio el mandato de los idiotas, fue degenerando en Bush padre, Bush hijo y ahora con Trump. Se puede ser idiota y listo. El París que conocemos fue obra de Napoleón III y el negocio de la guerra es cada vez más lucrativo. Eso sí, las repeticiones lanzan la economía y cimentan el poder de las multinacionales, vacían el Estado…
Mis contertulias no parecen muy interesadas. Blanca me echa un cable.
— ¿Qué tiene que ver todo eso con Pasionaria?
—Mucho. Seguimos perdiendo batallas; tenemos que plantear las razones de nuestras derrotas. La del 39 proviene de esta España nuestra.
—Y de esta Europa nuestra. Recuerda la vergonzosa utilización del Pacto de Munich, de no intervención en los asuntos internos de España mientras, Hitler y Mussolini perfeccionaban sus armamentos en nuestro país y sacaron ventaja en la II Guerra Mundial.
Es Beatriz. Muy satisfecha de su triunfo.
—Eso se veía venir, lo mismo que la Cruzada. El Frente Popular no supo manejar el gran problema, esta España nuestra: dividida, desde el principio de la República entre la España progresista, las grandes ciudades y la España feudo de los caciques. Continuamos teniendo ese problema…

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