martes, 28 de mayo de 2019

Borrador décimo de mi novela histórica sin título


Los Rothschild y España

Esta poderosa familia había jugado un papel muy importante en la derrota que sufrió Napoleón en 1814 en España. La generosa inyección económica de estos poderosos financieros dio vida a unos ejércitos dispersos por su procedencia: inglesa, portuguesa o española enemiga de la dinastía bonapartista.
El duque de Wellington estaba atrapado por la desmoralización de sus tropas, en el sur de Portugal y el  oportuno envío de numerarios, que  le hicieron los magnates alivió el malestar de un ejército  que jugó tan importante papel en la Guerra de la Independencia.
Las políticas de Fernando VII no eran del agrado de los prestamistas, tampoco éstos sentían la menor simpatía por la España feudal que apoyaba a éstos. El tío párroco de Llodio afirmaba tener pruebas de financiación de la Revolución Francesa por esta familia.

La inversión de la misma en la guerra española tenía dos objetivos inmediatos: parar la expansión de  Napoleón y lograr  de la debilidad del régimen que ayudaba a restaurar, concesiones mineras, como es el caso de la de Almadén, que necesitaban para completar su predominio mundial en el mercurio.
Esos beneficios más los obtenidos por el generoso préstamo a Inglaterra sirvieron para operaciones más lucrativas  en territorios ofrecían mayor rentabilidad de la que podían obtener en la decadente España.
Para fijarse en este último reino fue necesaria la pujanza financiera de los hermanos  Pareire que puso en peligro el liderazgo de unos Rothschild acostumbrados a mangonear.

Ambos rivales habían sido socios en la construcción de ferrocarriles en Francia, pero iban apareciendo desacuerdos entre dos familias judías, la última de origen prusiano, la primera sefardíes portugués; ahora ambos franceses.

Es difícil de explicar el retraso de la instalación de líneas férreas en Francia, para los Pereire era necesario recuperar el tiempo perdido en la puesta en funcionamiento del motor de desarrollo económico, que los financieros tradicionales, entre ellos, sus socios, retrasaban.

La nueva finanza iniciada por los socios ambiciosos fue cobrando una fuerza que ponía en duda el liderazgo de Lionel Rothschild en las finanzas.
España, en 1835 vino a ser el campo de batalla entre los dos magnates financieros mundiales.

Gracias a l@s 611 que acudisteis a la cita de ayer: https://carlos-ortizdezarate.blogspot.com/
Gracias a Iris
Gracias a ti


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