miércoles, 22 de mayo de 2019

Borrador de 4º capítulo de novela que aún no tiene título


La Iglesia vasca
Me di cuenta de que había varias Iglesias en España poco después de llegar a Madrid, encontré la de aquí en un mundo desconocido en un pueblo que tiene fueros. El representante de Dios en la parroquia de Llodio me lo explicó en carta que respondía a mi inquietud.
Aún puedo recitarla: “Los fueros, como me indicaste, sacan nuestro ser que el atavismo encierra, la Iglesia foral lo siente así, la Iglesia feudal lo ve de otra manera.”
Las cartas de mi tío el cura me han sido de gran ayuda; lamenté mucho su muerte y he escuchado todos sus consejos, como ha ocurrido con mis padres y mi hermana Cecilia, especialmente. Necesitaría escribir una gran lista para ser justo.
El grave problema es que no solamente se trata de las Iglesias: los españoles  estamos divididos por los campos que activan los púlpitos.
Pasé unos meses para asimilar eso.
No estaba solo; tenía a los tíos y a Cecilia y, sobre todo, necesitaba convencer a Érice de que necesitaba a ese mozalbete que se empeñaba en meter las narices en su negocio de tejidos.
—Siempre trabajas demasiado ¿Tan poca confianza te merezco?
La mirada de mi sobrino a mis papeles me irrita. Sus palabras me conmueven.
—Sabes que delego, con mucho cariño en ti. Haces   lo que yo haría y dejas muy claro que añades lo que has aprendido de mí. Estoy orgulloso de ti, pero no me gusta que te metas en mis  intimidades.
Mis palabras no parecen ser apreciadas.
—Llevamos diez minutos en tranquila espera para que te dignes cenar en familia. ¡Es el único momento que compartimos!
Mi amante sobrino se acerca para ayudarme a acompañarle.


Gracias a l@s 607 que acudisteis a la cita de ayer: https://carlos-ortizdezarate.blogspot.com/
Gracias a Iris
Gracias a ti

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