El tío Antonio
Landaluce
La corta visita de Antolín ha traído más que
recuerdos a esta habitación. Sé que los asuntos financieros serán debidamente tratados
y que seré adecuadamente informado antes
de pedirme el acuerdo.
Dicen por ahí que he creado la marca Urquijo en un
feudalismo populista. Consideran que mis dádivas tienen como objeto cobrar en
servilismo lo que la miseria de los receptores no permite pagar de otra manera.
Es un punto de vista que hay que aclarar: yo no
surgí de la nada y tampoco generé la marca por “obra y gracia del Espíritu
Santo.
Estaba el fuero de Trueba que me daba otros horizontes,
estaban mis padres, estaban los tíos. Había observación y comunicación.
El hermano de mi madre era un mero empleado de la
Bolsa Española, cuya creación estaba programada por el gobierno de José de
Bonaparte para 1809 y legislada por
Fernando VII el 10 de septiembre de 1831.
No es que Su Majestad Católica y los gobiernos de
Fernando VII y de Isabel II o el
intervalo de la regencia de María
Cristina de Borbón Dos Sicilias, estuvieran interesados por las reformas que se
proponía realizar José Bonaparte
Lo que
ocurría era que la Bolsa era el lugar indicado para encontrar compradores a las
deudas del Estado y de los “Grandes”, tan ocupados en gastar que no les quedaba
tiempo para informarse del buen uso de los mecanismos financieros que habían
utilizado con acierto algunos gobiernos españoles.
¿Cómo atreverse a esperar que estas señorías
comprendieran que el proyecto de Banco de España josefino incluía instrumentos
que combatan derivas como la que Francia sufrió durante la Regencia de la
minoría de Luis XV?
París, en esa parte del siglo XVIII fue el centro
financiero más rentable hasta que una manipulación en la que participaba el
partido devoto francés, del que formaba parte Su Majestad Católica Felipe V,
causó la quiebra del proyecto Law. La
jugada fue simple: la venta masiva de acciones hasta que no quedara numerario
para comprarlas y se produjera la quiebra.
Cuando llegué a Madrid, el tío párroco de Llodio
ya me había explicado eso.
Mi educación seguía las pautas marcadas por
correspondencias, conversaciones y planteamientos.
Tenía 13 años cuando me acogió el tío Antonio.
Éste había
hecho un pequeño dinerillo con la
incapacidad de los gobernantes en hacer cuajar una Bolsa que sus deudas
necesitaban con cada vez mayor urgencia
Lo utilizaba para ayudarnos, a él y a la tía les
bastaba con eso.
Su compañero de trabajo, Martín Francisco Erice compartía mucho con su socio, pero
quería más.
Y estoy convencido de que ambos estaban de acuerdo
en considerar que ese era mi caso y de que tenía “madera” para hacerlo.
Me pusieron a prueba en la tienda de tejidos de la
calle de Toledo, propiedad de un Martín Francisco Erice con quien no tardé a
emparentar como cuñado.
Hemos sido siempre muy leales socios.
Gracias a l@s 670 que acudisteis a la cita de
ayer: https://carlos-ortizdezarate.blogspot.com/
Gracias a Iris
Gracias a ti
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