El fuero y el
negocio
Considero que la de ayer fue auténtica
cena foral y temo que los efectos van a
acortar mi tiempo de escritura.
El primero en presentarse ha sido el
heredero. No tiene cara de haber dormido mucho. Lo lamento. Sé que tiene que
contarme algo que justifique su entrada en mi habitación a hora tan temprana.
—Fuiste tú quien aceptaste el marquesado
y el feudalismo del que está forjado- ¿Po qué me lo echas en cara?
Julia consideraría intolerable que
alguien la despertara hasta que descubriera interés en el chisme. Soy un perro
viejo no tengo tiempo que perder. Reúno mis fuerzas para comprender que mi
sobrino no puede presentarse con esa cara, pese a los esfuerzos que haga en cosmética.
—Somos Grandes de España porque quería
humillar a los feudales que mi capital dominaba, es un hecho. El otro argumento
es que la marca tenía la patente que nos acordaron
aquellos a quienes despojábamos. Reconozco que el proyecto de los partidarios
de iniciar la dinastía de Amadeo de Saboya me despertó ilusión. Después la marca
Urquijo aprendió la lección
Sé que tengo que ser breve. No hay más
tiempo para mi representante “terrenal”. Tiene que ser el primero en llegar a
su despacho, vestirse, quitarse ojeras y disfrutar del desayuno que le ha
preparado, con tanto cariño Enrique, el que nos mima en nuestras primeras
comidas-
Me temo que, en este momento, la cabeza
de mi querido sobrino no está en esa labor.
—Optamos por el marquesado en decisión
foral Urquijo- Erice. Tú no eres el cordero de Dios que arrastra los pecados
del mundo. En nuestra casa no hay
capilla o capellán, solamente habría una excepción con el difunto párroco de Llovió
y él diría que de Josefina salieron dinastías parlamentarias que perduran. El I
Imperio francés duró muy poco y los ciudadanos de la II República votaron, en
1848, por un presidente que le llevó al II Imperio.
La eficacia de Josefina es aún más
clara cuando en la III República francesa hay mayoría si se juntan los monárquicos:
legitimistas, orleanistas y bonapartistas.
Decididamente, mi discurso no estaba
siendo el adecuado, pero, en la marca Urquijo somos un equipo; Se nos ha
servido nuestro desayuno, con el cariño que necesitaban nuestras perdidas
cabezas, y se nos han añadido dos invitados que se han ocupado de dejar muy
claro, desde el principio, que no necesitan invitación alguna y que han venido
porque el momento lo requiere.
En la marca Urquijo cada uno tiene su
misión y sus fueros. Antolín lo sabe, porque lo ha aprendido y ganado en los
consejos forales de aquella.
Nadie ignora mis horarios, enfermedades,
gustos y ocupaciones y este visitante que se ha invitado a mi habitación, tan
eficazmente acompañado, no me ha hecho sentirme molesto por profanación alguna
de mi intimidad.
Pese a que alguien pudiera considerar una
invasión la entrada de varias personas en su habitación, yo degustaba los
alimentos que no he tardado mucho tiempo en saborear, gracias a una eficacia
que activado, en segundos, mi dormitorio
en degustación.
Mi atormentado sobrino se ha dejado
seducir por los alimentos trabajados con el cariño que merece.
Antolín, muy consciente de las
urgencias que nos invade, nos deja saborear, saborea y toma la iniciativa de
iniciar la conversación.
—Cualquier niño o niña de las tierras
de Ayala está dotado, desde su nacimiento, con los medios necesarios para su
educación y promoción. Sé que lo sabes. Lo que vengo a decirte es que el
proyecto ya está iniciando el proceso de autofinanciación.
Para explicarnos el procedimiento se
había traído a Juan, el cuarto invitado.
El último nos explicó muy brevemente
que la escuela de hostelería creada en nuestra casa había adquirido riqueza
suficiente con los negocios que había ayudado a emprender que éstos se habían
organizado para prestar a los otros emprendedores.
—Es un tema que figura en la reunión,
en mi despacho, a las 11.
Responde mi sucesor, sin lograr ocultar su incomodo.
Yo sí me siento abrumado y disimulo
bien el malestar, aunque mi frase tiene que dejar muy claro mi mensaje:
—Sabes, tan bien como yo, que Antolín
no se ha presentado en mi habitación para tratar un tema programado en tu
despacho para más tarde. También sabe de muy poco tiempo para cumplir con la
norma de ser el primero en llegar al edificio…
Todos degustamos y pensamos en
silencio. Mi querido sobrino se va para acicalarse.
Cuando regresa nos sentimos
orgullosos del sucesor y todo el mundo se va, para dejarme escribir el capítulo
de mis memorias que he prometido hacer
llegar antes de la cena.
Gracias a l@s437 que acudisteis a la cita de
ayer https://carlos-ortizdezarate.blogspot.com/
Gracias a Iris
Gracias a ti
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