Daniel
Weisweiller
Mi tío y mi patrón descubrieron la forma de
tallarme; empezaron a llevarme a la Bolsa.
Ellos siempre afirman que yo aprendo muy rápido. mi
interpretación es que he tenido la
suerte de encontrar excelentes
intérpretes del Foro de Ayala que me han ayudado a encontrar mi camino en una
tierra minada.
Las circunstancias juegan, sin lugar a dudas, pero
tenemos que estar preparados para el aprovechamiento de las mismas; a sus
veintiún años, Daniel Weisweiller era el hombre de Rothschild en España y yo no
había cumplido aún los veinte, fue en 1835, cuando el último me hizo su agente
de confianza.
Mi nuevo empleo no representaba una ruptura con el
proyecto engendrado en Murga, por el contrario era un potente injerto en el que
la planta jugaba importante papel, puesto que el hombre de Rothschild me descubrió
en el impulso que había dado mi llegada al tinglado bursátil que habían montado
el tío Antonio y Érice.
Hacía siete años que había llegado a Madrid y la
preparación recibida en tierras de Ayala me permitió comprender con la
suficiente rapidez para que mi acción fuera percibida por alguien casi tan joven
como yo, en quien uno de los hombres más poderosos de este mundo había delegado
un campo de batalla muy importante en la estrategia de una guerra financiera
contra peligrosos enemigos.
Daniel era de origen humilde como yo, judío prusiano,
la religión minoritaria le ayudó para que los potentados Rothschild, también
judíos, le hicieran florecer porque le necesitaban.
El proyecto de Bolsa de José Bonaparte que me
había explicado tan bien mi tío, el párroco de Llodio, fue mi arma, la
experiencia en las bufonadas de los intentos en instalar aquella, vivida
por mi tío y de Érice fue un buen ingrediente.
Las urgencias de numerario de una corona y de una
grandeza desenfrenada en el despilfarro ayudaba…
Gracias a l@s 586 que acudisteis a la cita de
ayer: https://carlos-ortizdezarate.blogspot.com/
Gracias a Iris
Gracias a ti
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