El hygge
El
apartamento que compartimos Iris, Julen y yo tiene 60 metros cuadrados. Tenemos
suficiente espacio en el pequeño salón para para dar cabida a la felicidad que
agregan nuestros invitados.
Teníamos
prisa por venir y no ha sido necesario insistir mucho para hacerlo. Ha bastado
con aceptar una invitación de nuestros huéspedes para pasar con ellos la
próxima noche de San Juan.
¡Difícil
cumplir la promesa cuando los gastos fijos se comen nuestro presupuesto!
Iris,
Julen y yo sabemos que no es cuestión de comentar nuestras dudas. Respiramos
profundo e informamos al universo de un compromiso que nos sale de las
entrañas.
Todo
lo que podemos hacer es esperar que se escuchen nuestras voces y que la sombra
de nuestra duda se disuelva en la luz que atraviesa el generoso ventanal.
No ha
resultado difícil; estábamos muy ocupados en facilitar la instalación de
nuestros invitados y en encontrar un acomodo entre los gustos culinarios de los
mismos y nuestras reservas.
Nada difícil;
les gustan la limonada, la ensalada y los mejillones al vapor.
La
cocina es pequeña, pero hemos cabido los cuatro mientras Axe y Julen disfrutan
de un entresuelo que les permite casi unirse a las pocas personas que les
sonríen.
Ida y
Alf preparan la limonada, Iris su deliciosa ensalada y yo los mejillones que me
ha regalado un Jorge radiante por su excelente pesca que nos hemos encontrado
en el trayecto hasta el apartamento.
—Ida
y yo somos amigos desde la infancia. Nos casamos para poder adoptar a Axe.
En
pocas palabras explican nuestros invitados una historia que digiere
ingredientes terribles para transformarlos en una historia de amor.
La
madre biológica fue víctima de violación múltiple en el marco de una fiesta
organizada entre “amigos”. No fue, por desgracia, la única Se negó a interpretar sus síntomas de
embarazo y a mirar al hijo que parió. Temía proyectar en la criatura el rechazo
que sigue sintiendo.
—¿Se
niega aún a conocer una criatura tan encantadora?
La
pregunta de Iris suena a quejido. La respuesta de Ida es una sonrisa
esperanzada:
—Lo
hace con Axe y con nosotros. Antes era mi mejor amiga y estoy convencida de que
continuamos siéndolo y que un día, espero cercano, sanará del trauma. Está en
buenas manos, lo sabemos.
—Lo
supimos desde que logramos la adopción.
Alf
cuenta la batalla que ganaron al conseguir la adopción en tiempo récord. La
legislación danesa no es ágil para coser estos desgarros.
Julen
y Axe han logrado sacar lo mejor de transeúntes que simplemente pasaban.
La
cena ya está lista.
Los
problemas de espacio se resuelven solos.
Gracias a l@s 523 que acudisteis a la cita de
ayer: https://carlos-ortizdezarate.blogspot.com/
Gracias a Iris
Gracias a ti
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