sábado, 11 de mayo de 2019

Nuestra cita cotidiana


El hygge


El apartamento que compartimos Iris, Julen y yo tiene 60 metros cuadrados. Tenemos suficiente espacio en el pequeño salón para para dar cabida a la felicidad que agregan nuestros invitados.
Teníamos prisa por venir y no ha sido necesario insistir mucho para hacerlo. Ha bastado con aceptar una invitación de nuestros huéspedes para pasar con ellos la próxima noche de San Juan.
¡Difícil cumplir la promesa cuando los gastos fijos se comen nuestro presupuesto!
Iris, Julen y yo sabemos que no es cuestión de comentar nuestras dudas. Respiramos profundo e informamos al universo de un compromiso que nos sale de las entrañas.
Todo lo que podemos hacer es esperar que se escuchen nuestras voces y que la sombra de nuestra duda se disuelva en la luz que atraviesa el generoso ventanal.
No ha resultado difícil; estábamos muy ocupados en facilitar la instalación de nuestros invitados y en encontrar un acomodo entre los gustos culinarios de los mismos y nuestras reservas.
Nada difícil; les gustan la limonada, la ensalada y los mejillones al vapor.
La cocina es pequeña, pero hemos cabido los cuatro mientras Axe y Julen disfrutan de un entresuelo que les permite casi unirse a las pocas personas que les sonríen.
Ida y Alf preparan la limonada, Iris su deliciosa ensalada y yo los mejillones que me ha regalado un Jorge radiante por su excelente pesca que nos hemos encontrado en el trayecto hasta el apartamento.
—Ida y yo somos amigos desde la infancia. Nos casamos para poder adoptar a Axe.
En pocas palabras explican nuestros invitados una historia que digiere ingredientes terribles para transformarlos en una historia de amor.
La madre biológica fue víctima de violación múltiple en el marco de una fiesta organizada entre “amigos”. No fue, por desgracia, la única  Se negó a interpretar sus síntomas de embarazo y a mirar al hijo que parió. Temía proyectar en la criatura el rechazo que sigue sintiendo.
—¿Se niega aún a conocer una criatura tan encantadora?
La pregunta de Iris suena a quejido. La respuesta de Ida es una sonrisa esperanzada:
—Lo hace con Axe y con nosotros. Antes era mi mejor amiga y estoy convencida de que continuamos siéndolo y que un día, espero cercano, sanará del trauma. Está en buenas manos, lo sabemos.
—Lo supimos desde que logramos la adopción.
Alf cuenta la batalla que ganaron al conseguir la adopción en tiempo récord. La legislación danesa no es ágil para coser estos desgarros.
Julen y Axe han logrado sacar lo mejor de transeúntes que simplemente pasaban.
La cena ya está lista.
Los problemas de espacio se resuelven solos.


Gracias a l@s 523 que acudisteis a la cita de ayer: https://carlos-ortizdezarate.blogspot.com/
Gracias a Iris
Gracias a ti


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