El asturcón
Me atrapa su mirada de profunda tristeza.
Es uno de esos híbridos de caballo asturcón que amarran en el
prado nacido en el pequeño solar que sus dueños no han logrado vender para
construcción de viviendas.
No he traído zanahorias; .paso todos los días por aquí y
hace más de una quincena que no he visto
rumiante alguno.
De vez en cuando los hay y desaparecen pese a que aún queda
pasto.
Temo que la estancia coincide con el tiempo de espera
hasta que el restaurante que los guisa acabe sus existencias.
Lo saben esos ojos en cuya profundidad quito mis miedos.
El animal está en pie; no se molesta en pacer o en beber,
pero se fija en mí mascota, Julen, aunque al principio le éramos indiferentes.
A mi gran sorpresa este ser, aún vivo, avanza hacia
nosotros. Tenemos que ir a su encuentro;
él ha tirado al máximo de la cuerda y nos separan unos centímetros.
Ha colocado su cabeza junto a mi pecho.
Unos segundos que se me han antojado bienaventurada
eternidad.
Soy víctima del reloj; ya son las doce treinta y cinco,
cinco minutos de retraso para mi cita con el médico.
Necesito que me firme recetas de fármacos
Mi médico está pluriempleado y no tardará en abandonar su
consulta para ocupar su puesto en la otra.
El caballo comprende y me deja ir.
Ambos somos conscientes de que hemos recibido lo que el
momento nos destinaba.. Él ha continuado en su inmovilidad y Julen y yo hemos
asumido nuestro papel de viejos que tienen prisa.
El asturcón es un caballo de tamaño de poni que se cría,
desde tiempos inmemoriales en los montes asturianos.
Está emparentado con los que lo hacen en las cimas de los
Pirineos de la Cordillera Cantábrica y
Picos de Europa.
Fueron las monturas de la resistencia a la invasión
romana.
La derrota se llevó las glorias de estos nobles animales.
Ahora quedan algunos ejemplares en libertad protegida,
muchos menos de los que terminan en platos clandestinos.
Julio, el médico, me ha esperado y disfrutado de mi
historia.
Le ha dado fuerza para correr al autobús que le
trasportará a la consulta que le toca en la tarde.
Sufre de un nuevo gripazo.
Mala alimentación y baile de temperaturas que sufrimos
con cada vez mayor frecuencia.
Es un hombre sabio mi médico.
Se exilió de su tierra y en España solamente ha
encontrado trabajos precarios.
¡Estamos atrapados
en el tiempo y en los muros.
Gracias a l@s 418 que nos visitaron ayer
Gracias a Iris
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