domingo, 10 de junio de 2018

Nuestra Cita Cotidiana



 Soltando lastre

Villaviciosa, sin fecha.

Estas chicas no parecen apercibirse del paso de los días, y  nadie lo hace.
Isabel Carlota acumula títulos universitarios y me enseña el de su licenciatura de Filología Inglesa mientras Iris y Strelitzia se divierten en la cocina.
¡Nos falta espacio!
­La strelitzia reginae , la única especie de esta planta que podemos adquirir en nuestras floristerías proviene del África Austral, se cultiva al aire libre en Canarias y en invernaderos en otros lugares. Son todas distintas; la semilla deja un buen margen de desarrollo…
Iris enseña a su compañera de estancia el arreglo que ha hecho en los zapatos que se pondrá en nuestra boda, para que combinen con el bolso y el vestido que ha seleccionado en su equipaje.
Isabel Carlota es astuta; cansada de verme bostezar, lo ha dicho alto y claro para atraerse a las prójimas. Este gobierno de ministras y ministros tiene tela. La aludida sigue apreciando la capacidad de jugar con los colores y con elementos al alcance de Iris.
La última se ocupa de la estocada.
­Por ahí pasa Pedro.
Me asomo. Me relajo con el aire fresco ¡Falta me hacía! Tengo la alegría de presenciar el saludo del mencionado.
­¿Te apetece subir?
­Bueno…
El lamento de Isabel Carlota no logra impedir mi respiración de aire fresco y poco contaminado.
­Eso no despierta mi apetito.
Su problema, el mío está resuelto; el recién llegado y yo habíamos dejado un tema pendiente que interesa a todas las “ministras”
­¡Mary Shelley sí encontró su sitio en este mundo!
Strelitzia mira sucesivamente a Pedro y a Isabel Carlota.
­Bueno… Pedro tiene razón en parte, pasarse el resto de su vida con el intento inútil de resucitar al marido… “El muerto al hoyo y el vivo al bollo”, dice el sabio refrán.
La ninfa parece haber encontrado su bollo. No se corta un pelo en dejarlo bien clarito.
­Como ocurre con la planta de la que he tomado el nombre , esta mujer germinó en un volcán que la arrastraba en una sociedad que tenía muy anclado el “Eden” y el castigo al pecado. Su madre, Mary Wollstonecraft, publicó en 1792: A Vindication of the Rights of Woman: with Strictures on Political and Moral Subjects (Una reivindicación de los Derechos de las Mujeres: con planteamientos de temas Políticos y Morales)…
­Buen momento para recordarlo. ¿Se lo has enviado a mi tocayo y a l@s miembr@s del gobierno de ministras y ministros?
­Es Pedro quien me interrumpe una vez más. No me ha pillado desprevenido esta vez.
­Mary quedó huérfana cuando contaba once días, pero, su padre, un filósofo y activista anarco, la llevaba  junto a su tumba para enseñarla a leer.
­Vamos, que la niña recibió una herencia explosiva.
Ignoro quién lo ha dicho; estaba muy concentrado en mi respuesta.
­Todo eso sale en Frankenstein, es el volcán que  revienta frente a una sociedad que crea monstruos en nombre de “cuentos de hadas”. Tampoco es correcto eso de que consagró su vida a resucitar al difunto. También publicó obra propia entre ellas Last Man (El fin de la humanidad) (1826), donde profetiza a dónde nos está llevando el imperio del dogma. Aprovecho para aconsejar la lectura al gobierno de ministras y ministros

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