Mary Shelley
Villaviciosa 8 de junio
No me gusta comprar en Mercadona. Falta bebida de almendra
para el desayuno de Iris y es lo que tengo más cerca. Llueve.
–¿En tierra de producción láctea te has pasado a la
competencia?
La voz surge de la cola, justo cuando yo estoy en caja. La
reconozco como amiga. Es Pedro, víctima del cierre de industrias lecheras en la
Villa. Orgulloso de ser gitano.
Le espero a la salida. Sé que no ha vuelto a encontrar empleo
y que le costó mucho conseguir vivienda en los bloques, pese a la penuria
cuando se agotó su derecho a percibir el paro. Malvive con las ayudas que
consigue del Principado, gitano. Demasiado viejo, con 43 tacos, para continuar su vida laboral: Demasiado joven
para cobrar la jubilación.
Más bien
quería contártelo , porque, Iris se ha puesto a contarme su vida. Justo cuando
he conseguido empezarlo llega Cristina nuestra jefe de logística del hogar una portuguesa
resultona y muy dicharachera. Ha encontrado trabajo en el geriátrico. Chapeau.
Tengo que escuchar. Después he respodido que la Iris no me ha dejado trabajar y
que necesitaba mi tiempo. La otra estaba en su habitación. Supuestamente no
escuchaba. ¿Por qué se ha venido a ocupar el gobierno de ministras. No me han
dejado, te dejo el principio del relato. Iris quiere Salir- Te dejo el
principio del relato:
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