lunes, 17 de septiembre de 2018

Carlos III: EL INESPERADO - La Princesa de los Ursinos




 La princesa de los Ursinos.

María Ana de la Trémouille nació en una familia intrigante; desde niña  estuvo integrada en la Fronde;  insurrección de la alta nobleza que hizo de la infancia de Luis XIV una horrorosa pesadilla que perfiló el “REY SOL”

Ana de Austria, su madre, tuvo que llevarle de castillo en castillo, para salvarle de una insurrección cada vez más preparada para atizar un buen zarpazo a una regenta obstinada en mantener una soberanía que el niño rey no tuviera que compartir con la alta nobleza.
En 1648, el Parlamento, compuesto por la última, se atribuyó el derecho de descalificar al soberano por el mal gobierno que consideraban ejercían  la regenta y su primer Ministro, el cardenal Mazarino. Uno de los argumentos era la subida de impuestos que sufrían para salvar el imperio español.

Ana de Austria estaba terriblemente implicada, por imponer los intereses de su cuna y violar los del reino que ostentaba y por unas murmuraciones sobre las relaciones entre la soberana en funciones y el cardenal
 De hecho, años después, la Palatina pregonaba que la madre de su esposo se había casado, en secreto, con su primer ministro.

Las protestas de la nobleza fueron bien acogidas por el pueblo.

El futuro soberano y los que gobernaban en su nombre carecían de seguridad en París. Lograron librarse de las iras en su refugio en Saint-Germain , pero el gozo no duró mucho, a la nobleza y al pueblo se unió la burguesía, los perseguidos intentaron huir a España, pero fueron atrapados y llevados al Louvre para custodiar allí el niño que reinó con el nombre de Luis XIV.

Todo quedó (en la expulsión de Mazarino, en 1652,  y en un “aviso a navegantes”. Se había puesto fin a cuatro años de huidas desesperadas.
Ana María de la Trémoille, hija del “Frondeur”, duque de Noirmoutier , nacida en 1642 tuvo su participación, pese a su corta edad.

¡Había sido bien educada para ello!
Su padre, el duque, medró bien con la Fronda, pero, cuando el príncipe de Conti se reconcilió con Mazarino y casó con la sobrina del cardenal desterrado, Ana María Martinozzi, el duque de Noirmoutier ya era más absolutista que el papa.

Con matices, claro. Las intenciones del príncipe eran las de un enlace con la hija de la confidente de Ana de Austria, la duquesa de Chevreux.

Este matrimonio fue mal visto por los que fueran rebeldes y así, optaron por la alianza con el ex primer ministro.
La princesa de los Ursinos llegó a la edad adulta  con su matrimonio con el conde de Chalais (1659) , descendiente de Enrique  de Talleyrand Périgord, conde de Chalons, que fue amante de la duquesa de Chevreux y ejecutado por su complicidad con Gaston de Orléans, hermano de Luis XIII,  en la tentativa  para destronar al monarca.

La Ursinos tenía dieisiete años.

 Pese a los graves antecedentes de la pareja, ambos tuvieron acceso a la sociedad de Luis XIV, que reinaba desde 1643.

Curiosamente, el monarca francés obstentó con orgullo el título de Conde de Barcelona, con el nombre de Luis II  desde esta misma fecha hasta que terminara la sublevación de Cataluña (1652)

La buena acogida de los Chalons tuvo un rápido y triste final. El príncipe fue uno de los protagonistas de un duelo que atrajo las iras del monarca y todos los implicados fueron desterrados

Los Chalons fueron bien acogidos como agentes de España.

El marido fue apresado en una misión en Portugal. La esposa siguió en sus funciones tres años.
Aprendió la lengua, la política y las intrigas de su país de acogida.

Ya viuda, se trasladó a Roma, donde conoció a su segundo marido, el rico e influyente duque de Bracciano , con quien contrajo matrimonio en 1675, y de quien tomó, al enviudar, el título de princesa de los Ursinos.
Era una despilfarradora, pero nadie podía disputar a la señora la capacidad de negociar .
España se pulverizaba mientras l@s polític@s de este país se daban zarpazos o usaban venenos…

—Yo creo que el cardenal y la princesa hicieron lo  correcto.
Insistía madre.

Me lo había empezado a decir cuando aún no había cumplido yo los seis. Comprendo su decisión.
Ella ya había adquirido, a esa edad, la destreza para que la cuñada del Rey Sol le confiara misiones.
 No sé muy bien a qué edad empecé a comprender o  si he llegado a hacerlo.

El cardenal Portocarrero fue embajador de España en Roma desde 1670 hasta 1679.En todo este tiempo, la Ursinos  y el cardenal llevaron la política internacional española desde Roma.
Cierto que la princesa era una agente de Luis XIV y que el cardenal defendía los intereses de Carlos II de España.

—En 1678 se firmó la paz de Nimega, Carlos II y el entonces su primer ministro, su hermanastro, bastardo reconocido, Juan José de Austria, salían perdiendo, pero  se pactó el matrimonio del soberano español con María Luisa de Orléans, hijastra y protegida de la Palatina.

Me recordaba, con insinuaciones, madre.

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