viernes, 5 de octubre de 2018

CARLOS III: El INISPERADO Antonio Genovesi II



Antonio Genovesi II


—¿Y qué me dice usted de la Orden Constantina?
Curioso que el rey estuviera al tanto de la existencia de una pequeña pandilla que se proclama arraigada, desde hace siglos en Nápoles; unos pintamonas, a fin de cuentas, aunque estar están, y temo que para rato.
El profesor no se había traído su cátedra a una merienda con los reyes.

Doña Amalia había hecho sus deberes  con “Excelencia” y el invitado respondió con franqueza:

—Son uno de esos cadáveres que tendremos que sacar del ataúd en el que nos hemos instalado, pero…
—Los he recibido porque convergemos en la salvaguarda de nuestro patrimonio y están de acuerdo en Nuestro deseo de salvar los restos del imperio. Esta tierra era un paraíso y tenemos todo eso desperdigado y enterrado.

Se produjo un silencio que aprovechó doña Amalia para indicar que se sirviera lo que fuera menester.
—Sí, esos señores quieren su tumba en el corazón de Nápoles. Les daré largas…
Proclamó el rey de Las Dos Sicilias
Y el cómplice continuó:
—Están colaborando muy generosamente en la recuperación de lo que sepultó la cólera del Vesubio o del mar.
Continúo Su Majestad de las Dos Sicilias.
—Esos señores han aligerado el peso de nuestra inercia: ya nadie argumenta que como ocurrió en Sodoma y Gomorra, Dios nos castigó por nuestros pecados. Quizá sea así, pero los napolitanos no creemos en un Dios rencoroso y estamos convencidos de que la historia puede curarse en el presente.

Ya no sé muy bien quién dijo qué, pero, empezamos a hablar del gobierno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

El abuelo Leopoldo: Hablando en Cobre

 El abuelo Leopoldo – ¿Por qué has llegado tarde? Me preguntó, cariñosamente, mi abuelo materno. –He estado jugando con mi amigo Bertín. Nos...