LA BATALLA DE VELETRI II
En carta fechada el 13 de abril,
desde Castel di sangro, Su majestad de
las Dos Sicilias comunicó a Sus Majestades Católicas cierto malestar por graves
defectos que ha detectado en los generales.
Pese a las formas y a los miedos y jerarquías se trataba de graves acusaciones: discordia
entre ellos, falta de decisión y demasiado miedo a lo que les espera
confrontar.
El niño les había salido respondón
sabiondo y tenaz.
Así, en un mensaje cifrado, les hizo saber, desde un Veletri recién reconquistado por Su
Majestad de Las Dos Sicilias, el 12 de agosto.
Habíamos pasado una horrible noche por un imperdonable error de estrategia
defensiva, la que imponían los mandos impuestos por Sus Majestades Católicas
No recuerdo los términos camuflados.
El caso es que la noche anterior, los austriacos habían entrado por la
puerta que da acceso a la ciudad de Veletri más cercana al palacio que
albergaba al rey, que, curiosamente, llevaba, el nombre de Nápoles.
Cuyo rey se quejaba a Sus Majestades Católicas de las carencias en la
defensa de la dicha puerta y en la del rey de Sicilia, quien se salvó por su
gente y con ésta dieron la paliza que dieron a los austriacos, saliendo desde
las montañas que habían cobijado a su rey.
Dudo de que fuera la mejor forma de dar la noticia a unos progenitores
que ofrecían esos ejércitos tan vapuleados, pese al respeto filial y a los
protocolos.
Si, ese día Carlos encarnaba un nuevo Renacimiento.
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